Al salir del colegio estudié un tiempo la carrera de diseño industrial, solo por el hecho de querer crear cosas nuevas que fueran útiles para el individuo y que a la vez me dieran satisfacción personal.
Mas tarde descubrí que mas allá de aprender la teoría y otras tantas cosas que enseñaban ahí, sí me interesaba crear pero principalmente compartir con las personas, con eso todos mis problemas iban desapareciendo e incluso fui creciendo mucho a medida que empece a creer en mi y mis capacidades; empezaron a aparecer muchas oportunidades en donde pude entregar y aprender mucho.
Así participe de un par de voluntariados en el sur de Chile con artesanas Mapuches, donde aprendí técnicas de telares, tejidos con fibras vegetales y otras tantas cosas maravillosas creadas con productos y objetos de la naturaleza. Así fue como siempre estuve creando cosas con mis manos y mi mente, que sirvieron para mi relajación y desarrollar mi imaginación.
Entonces comprendí que esto era lo que yo quería traspasar a las personas, especialmente enfocándome en los grandes beneficios y la sanación que la creación y expresión conllevan.
Uní mis conocimientos artísticos con cursos de relajación para lograr un equilibrio óptimo del mundo interno con el ambiente que te rodea. Se espera una superación y manejo de los procesos internos y emocionales. Al tomar contacto con materias que tú puedes procesar, se enseña a respirar y concentrarse en aquello que tu quieres crear. De esa manera podemos botar energías negativas que no sabemos procesar correctamente con nuestra mente.
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